“El Yo, odia aborrece y persigue con propósitos destructores a todos los objetos que llega a suponer una fuente de sensaciones de displacer”
Sigmund Freud Pulsiones y sus destinos
La vida, de alguna manera involucra a la muerte ya que somos seres finitos y limitados. Eso no significa que los seres humanos no proyectemos un devenir que nos permita realizarnos durante nuestra existencia convocando a Eros. Eros tiene una misión volver inofensiva esa pulsión destructora. Tánatos y Eros, opuestos, que sin embargo se juntan. Mezclas y desmezclas, uniones y descomposiciones, juego combinado de pulsión de vida y pulsión de muerte, asociaciones en proporciones variables, nunca la pulsión pura.
Desde el comienzo, Freud, planteó la naturaleza conflictiva del aparato psíquico humano como un conflicto entre tendencias opuestas que dio lugar a distintos dualismos pulsionales. Vale considerar entonces la complejidad en las relaciones humanas cargadas de amor, odio, sadismo, perversiones, envidia, celos, etc.
En estos momentos la actitud de quienes tienen a su cargo la función directiva del país parecería que tienen concentrados en su psiquismo la pulsión tánatica sobre la pulsión de vida. Cuál será el móvil de tamaña elección? Tal vez la tendencia destructiva que emana hacia quienes quieren desplegar la crueldad absoluta por no compartir sus mismas ideas. Parece muy loco esto verdad? Si, pero esto es lo que le está sucediendo a nuestra sociedad que se encuentra subsumida en un contexto de rencor que llevan a los sujetos a producir en acto situaciones cada vez más cargadas de odio y rechazo por el semejante. Así somos partícipes de actos violentos en espacios ligados a la expresión abierta de la cultura como lo sucedido en dos oportunidades la semana pasada en la Feria del Libro, los carteles amenazantes a periodistas que expresan las ideas desde su concepción psíquica con el pedido de un juicio en la plaza al decir del siglo XVIII o más cercano aún al fascismo más acérrimo. Estas expresiones remiten a sujetos que desde su accionar instintivamente para no perder su fuente de placer, que sería tener el poder absoluto para no posibilitar el advenimiento de espacios que generen un territorio donde se compartan opiniones, se creen consensos se propicie a Eros, ellos sostienen que la sociedad debe responder a su “pensamiento” sino será Tánatos el convocante.
Suele olvidarse que la palabra es pulsión. La pulsión para poder acceder a la psique, debe enviar delegados que hablen en el lenguaje de ésta. El otro delegado de la pulsión, y que acompaña a la representación, es el afecto.
Las fuentes y los orígenes de las pulsiones, eróticas y tanáticas están en el cuerpo, en el otro, y en las disposiciones que la psique posee. Desde el cuerpo y desde el otro provienen los choques de cantidades, excitaciones, que impactarán contra la psique, que tiene la capacidad de transformarlos en representaciones, afectos y deseos. Es así que la palabra sostenida desde la pulsión cuando solo puede ejercer desligadura lo que busca es la destrucción de ese Otro que no me satisface en toda su amplitud.
Freud alertó sobre el carácter demoníaco de la pulsión de muerte y los efectos colaterales, ya los estamos vivenciando en la serie de situaciones que no hace más que bordear la pulsión tánatica. Es un deber de nosotros los ciudadanos posicionarnos en Eros para neutralizar las satisfacciones superyoicas de estos personajes patológicos para instalar la cordura y permitir el reestablecimiento de los acuerdos que es la vía regia al reconocimiento del semejante.
Lic. Noemí Di Donato U.B.A
Magister U.B.A
Doctoranda
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